Sabemos de sobra que una mudanza está llena de agobios, sobresaltos (y no solo durante el trayecto), ansiedades… Sin duda, el proceso de cambiar de casa es una prueba de fuego para nuestra capacidad de tolerar el estrés. Una de los factores que más nos inquietan es el temor a llevarnos alguna sorpresa a la hora de sacar nuestras pertenencias del camión. En muchas ocasiones, transportamos con nosotros nuestros bienes más preciados (tan queridos como frágiles), y nuestra prioridad es que lleguen completamente sanos y salvos a nuestra nueva vivienda. Encontrarles aunque fuera un rasguño sería empezar con muy mal pie nuestra nueva etapa. En este sentido, las pinturas y lienzos suelen ser los objetos más delicados en este tipo de traslados, por ello te vamos a mostrar paso a paso el tutorial que debes seguir para saber cómo embalar cuadros y que estos no sufran ni el más ligero rasguño.
Si estás pensando en comprar cajas de madera para cuadros para poder transportar de forma segura tu lienzo (o lienzos) más preciado, debes saber que existe una manera más barata de hacerlo. Se trata de un método manual, pero no te asustes, ya que no requiere que seas un manitas ni un especialista de la seguridad. Verás que es más sencillo que envolver un regalo, así que simplemente tómatelo con paciencia, asegúrate de dar cada paso con seguridad y no tendrás que preocuparte de nada durante el trayecto.
Como te hemos dicho, no nos hará falta comprar cajas de madera ni tampoco cajas de cartón para embalar cuadros, pero con lo que sí deberemos contar es con ciertos materiales de embalaje. Aquí te facilitamos el listado completo con todos los artículos que necesitarás para que tus queridas pinturas no sufran ningún deterioro durante la mudanza:
Una vez lo tengas anotado todo y sobre todo, cuentes con ello, empezaremos con el verdadero tutorial.
Paso 1: Comenzaremos el proceso con el papel libre de ácidos, que será la primera protección del lienzo. Envolveremos el cuadro con este material dándole varias vueltas, con un par o tres será suficiente. Cuando le hayas dado la última utiliza la cinta adhesiva para que el envoltorio no se despegue de la pintura, igual que haríamos con el papel de regalo y el objeto a regalar.
Paso 2: Dobla las partes sobrantes en los laterales y en las partes superior e inferior de la obra, y una vez lo hayas hecho, coloca las esquineras, que serán las encargadas de evitar posibles impactos.
Paso 3: Recorta dos trozos de cartón duro que tengan las mismas dimensiones que el cuadro y adhiérelos a cada cara del lienzo con precinto. La parte rugosa debe ser la que quede oculta. Es importante que la protección esté bien situada y no sobresalga nada del cuadro por alguno de los laterales, así que ve despacio.
Paso 4: Una vez tengas totalmente adherido el cartón duro al cuadro, envuelve la obra en film transparente para embalar. Dale varias vueltas hasta asegurarte de que ambos trozos no se muevan de su lugar. Con este método, no solo nos libraremos de posibles impactos, sino de también de la aparición de humedades que podrían deteriorar la pintura.
Paso 5: Si ya has acabado de dar vueltas con el film plástico de embalaje, utiliza el papel de burbujas para hacer lo propio con este material. El proceso es idéntico al primero, da dos o tres vueltas y sobre todo, asegura y pega los bordes de este embalaje en la parte trasera de la obra (es decir, en el lado en el que no hay pintura) con cinta adhesiva o si lo prefieres, de carrocero.
Paso 6: El último paso es el más sencillo. Si lo prefieres, puedes comprar una caja de embalaje, pero nuestro consejo es que la hagas tú mismo. Es tan sencillo como recortar un trozo de cartón duro como hemos hecho antes, solo que esta vez, asegúrate de que su tamaño sea dos o tres veces mayor al del propio cuadro. Envuelve la pintura (que ya debería estar totalmente enrollada en el papel burbuja) con la parte rugosa que permanezca oculta, dobla la parte sobrante en los bordes y cierra la protección con la cinta adhesiva. Lo último que te quedará por hacer es indicar que se trata de un producto frágil, utiliza un rotulador negro permanente y escríbelo claramente y con letras grandes para que el transportista lo pueda ver con facilidad.
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